Nocturno de Día

miércoles, agosto 30, 2006

diciembre

Cambio foquitos de colores esta noche, los que no sirven quedan ahí, arrumbados en una esquina del mueble y es tan triste saber que jamás volveran a brillar.
Preparo mis armas contra ella, la Triste. Me asomo a la ventana esperando no encontrarla aún, avanzando lentamente por cada puerta y cada cosa. Pero sé que nada cambiará esa inevitable conclusión que anticipadamente aguardo desde mi habitación, cambiando lucesitas de colores que tal vez no brillen lo suficiente, que tal vez no lleguen hasta el final.

...

Entre tanto él miraba sus ojos (los de ella), que miraban hacia algún punto cuya lejanía (él) nunca podría imaginar. Tomó su mano (la de ella) y aun lejana, en aquel espacio inexistente entre su mirada y el horizonte, supo que no estaba solo.

lunes, agosto 28, 2006

...

Yo no pedí estar aqui, pero estoy.
Yo no pedí saber, pero sé (por confirmar).
Yo no he pedido nada y sin embargo... ahi esta todo.

domingo, agosto 20, 2006

Y extiendo la mano en medio de esta oscuridad tratando de encontrarte.

Toda razón parece absurda, tan absurda como las goteras de aquella vieja casona donde viven tristes recuerdos.
Me parece imposible todo el tiempo, miro el reloj que avanza, el calendario que golpea el nombre de todos los días y los años que gritan sus cifras de espanto y es imposible; como el vuelo del colibri o el color del durazno.
Pienso que alguna vez he estado en tu sueño, mirándote sin que lo sepas.
Tiene esta noche un sabor a viejo, algo vencido entre sus horas que ha perdido tantas veces el mismo juego.
Ya no me quedan secretos, todos se han hecho un polvo blanco que me ensucia la memoria. Ayer durante el desayuno sentí su sedimento pesado sobre mi nombre y ya sin apetito salí a encontrarte en algún lugar, en algún momento, y era mi cuerpo un saco de polvo abierto que el viento no se atrevía a levantar.
Tu ausencia es lo que me pasa.

miércoles, agosto 16, 2006

Encendió la luz de la habitación y pensó mientras fumaba el último cigarrillo de la caja, que aquella noche sería mejor con ella a su lado.

Miró la calle desierta por la ventana mientras desataba su cinturón, el ruido metálico de la hebilla se confundió con el canto de algún grillo que lo haría soñar con alguna otra noche en algún otro lugar.

Sentado en la orilla de la cama ya a oscuras pensó nuevamente en aquella soledad y se dispuso a dormir, por la mañana no sería igual.

domingo, agosto 13, 2006

volver

Y sucede que las cosas toman otra forma, cambian los detalles particulares de cada lugar y no se sabe que es aquello a lo que uno llama "hogar".

Para volver hay que partir primero.

Y el mar, ese lugar que no conoce tu nombre.

-si la unica oración que dices en tu vida es "gracias", eso será suficiente-

miércoles, agosto 02, 2006

Llegado el momento el silencio resulta la mejor estrategia.