Nocturno de Día

miércoles, marzo 18, 2009

El Justo Miedo

Tiene algún nombre parecido al inviero, pasea por las calles con una sonriza, saluda de mano a Dios.
Es una noche que termina súbitamente, palabras no dichas que sedimentan el corazón, tijeras para la memoria.
Todas tus armas no sirven, son filos desgastados contra su coraza, elefante de luces contra una rama seca.
Temerosos de su mirada buscamos refugio en la ignorancia, cálido escondite para el alma.

...

No se me permite hablar sobre las cosas que no han pasado, pero si alguien te lo pregunta yo no he dicho tal cosa, se me observa detenidamente, como a rata de laboratorio, paseando sobre el mismo suelo mirando con anhelo el otro lado del cristal. Todo lo que sé se aleja, todo lo que soy me aplasta contra el suelo, suave presión sobre mi cuerpo, y las miradas buscan, algo que no comprendo.

miércoles, marzo 11, 2009

Negabamos la realidad como algo vergonzoso, ignorabamos el daño, toda herida era superflua y toda cura innecesaria, intentamos escapar una y otra vez sin saber a donde y sin saber por qué. Tu esperabas como siempre algo que emergiera de repente, una luz o una piedra que nos mostrara el fondo para saber que tan lejos de la superficie habiamos llegado, yo pasaba el tiempo midiendo los silencios y el espacio que nos alejaba, una y otra vez era imposible llegar a ti y honestamente no intentaba hacerlo, distraida, con la mirada siempre en el futuro, hablando de las cosas por hacer, como pedazos de tierra estériles que de a poco formaron desiertos espantosos, inevitablemente situados en medio de nuestra vacua realidad, miramos sin sorpresa nuestra equidistante latitud.