Nocturno de Día

lunes, diciembre 03, 2007

algo

tratabamos de confundir el tiempo con lo quieto y la hojarasca de las jacarandas sonaba como una lluvia seca en los cristales aquel diciembre temprano, tu venías frecuentemente hasta mi puerta, con algún recorte o alguna pieza de metal encontrada en alguna maravillosa calle que jamás conoceré, pero las bases de nuestro juego eran claras y tratabamos de vivir en esa fantasía de sábanas y libros y botellas de vino y cigarrillos y discos viejos. Todo nosotros eran momentos, eras tu mirando el cielo razo, yo recortando pedazos de periodico esperando que en algún momento una gota de sangre cayera por el filo de las tijeras y unidos terriblemente en aquel movimiento extraño de nuestra historia, algo cobraba vida.