Lo que queda
Usted se imagina que podrán ser felices, en las largas noches juntos entre las sombras. Piensa mientras acaricia su cabello (el de ella), mientras a su vez su compañera acaricia su mano (la de usted). En la media luz del local sonríen, se reparten besos y usted imagina un futuro halagüeño.
Entonces se pregunta si todo eso es una ilusión provocada por la media luz del local que tantas otras veces le engañó de la misma forma. Toma su cara (la de ella) entre las manos (las de usted) y la mira largamente y en silencio. Por un momento ella sonríe en una tierna expresión de tranquilidad, cierra sus ojos un momento y cuando los abre descubre en su mirada algo que hasta hace unos instantes no estaba ahí. Ella lo sabe y se desconcierta. Entre la media luz del local adelanta su brazo hasta tocar su rostro (el de usted) y pregunta “qué pasa”.
Mientras usted intenta buscar una respuesta en el fondo de sus ojos negros que brillan entre la media luz ella comienza a preocuparse, teme que como otras veces. Usted siente como de pronto un saco de arena se rompe en el centro de su ser, y su pecho (el de usted) es una caja pesada y fría. Suelta su rostro (el de ella) de entre sus manos. Se levanta sin pronunciar palabras de despedida siquiera y abandona el lugar.
Entonces se pregunta si todo eso es una ilusión provocada por la media luz del local que tantas otras veces le engañó de la misma forma. Toma su cara (la de ella) entre las manos (las de usted) y la mira largamente y en silencio. Por un momento ella sonríe en una tierna expresión de tranquilidad, cierra sus ojos un momento y cuando los abre descubre en su mirada algo que hasta hace unos instantes no estaba ahí. Ella lo sabe y se desconcierta. Entre la media luz del local adelanta su brazo hasta tocar su rostro (el de usted) y pregunta “qué pasa”.
Mientras usted intenta buscar una respuesta en el fondo de sus ojos negros que brillan entre la media luz ella comienza a preocuparse, teme que como otras veces. Usted siente como de pronto un saco de arena se rompe en el centro de su ser, y su pecho (el de usted) es una caja pesada y fría. Suelta su rostro (el de ella) de entre sus manos. Se levanta sin pronunciar palabras de despedida siquiera y abandona el lugar.
posted by Daniel at
1:42 p.m.
1 comment(s):
ay q malo
jajaja
y con un comentario nada adecuado... es q de notche todos los gatos son pardos
jajajajaa (ya fume otra vez)
:P
By
Bellota, at
7:41 p.m.
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