Nocturno de Día

La melancolía no te acompaña, no se acercó sigilosa, no saltó sobre ti. La melancolía es tu piel. El melancólico en las piernas, los hombros, la mirada. Herido, herido en algún lugar del alma. Del alma, exactamente, tajos en el alma. La melancolía es tu piel, saludas melancólicamente, comes, fumas, te falta el sueño, sobrevives. No te acompaña, no te perseguía, no te puso trampa alguna, no vino de aquel amor, no cayó como si el cuchillo fuera ajeno.

2

Ella nos ama, por eso es terrible.

Cuchillo amoroso, puñal entrañable.

Rostro de navajas.

Es un perfecto corte sobre el alma,

fracturas hechas ante la querencia.

Araña de metales.

3

Hoy los cuchillos de la melancolía han entrado en mi alma. No es nuevo, sin embargo, este lamento. Algún día, brillantes, sin remedio, justos y definitivos, caen. Caen y cortan, sin lugar a duda, a cualquier hora. Una mañana, frente a mis hijos, mi esposa, ante el vaso de leche, en la ofocina, a finales de febrero, caen, penetran, luminosos como un amor nuevo, y cortan.

4

Coraje contra la melancolía, buen aviso para mi tristeza.

¡Coraje contra la melancolía!, les advierto.

Amigos, vayan cautelosos, escudriñen, coraje.

Coraje, porque entra de frente, cae, corta, penetra.

Tasajea por las noches, hacia el medio día, siempre.

Coraje, amigos, cizaña, contra ella, la de los cuchillos.

Hasta el ultimo minuto, con un trago y la espada luminosa.

Quítense los vestidos, pónganle un lugar en sus mesas

a mi nombre, si los vence.