Nocturno de Día

domingo, junio 04, 2006

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"Y quiero llorar no porque esté triste" debo comenzar diciendo, he aquí el por qué:
Hay cosas que es mejor mantener justo como uno quiera mantenerlas en la mente. Puede que el tiempo actúe de esa forma "inevitable" sobre su fidelidad y entonces pasa que aquel vestido verde se vuelva rojo, que aquella tarde soleada se convierta en una noche de tormenta y que de pronto cada recuerdo se construya a sí mismo una y otra vez, cambiandolo todo y sin embargo, queda más allá de cualquier cosa que se pueda decir sobre el momento preciso en el que tal o cual cosa ocurrió, ese sentimiento inefable que nos transporta ya sea a un momento de dicha y felicidad o a instántes desagradables y nefastos de nuestra vida. Pero hasta aquí hablo de aquellas cosas que "ocurren" de verdad, de las otras, las que "no ocurren"es de las que quiero hablar.

Pasa que con el tiempo he ído construyendo "recuerdos" de esta maravillosa historia, y claro como he dicho, tales "recuerdos" no han ocurrido en realidad. Así en mi imaginación Montag luce exactamente como debe lucir, Clarisse no puede ser sino el ser más bello que haya existido sobre la faz de la tierra. Y ahi estan Bernard y Beatty. Las habitaciones y los pasillos del metro, la voz inconfundible de los anuncios del dentifrico. Cada cosa esta precisamente como debe de estar, nada falta y nada sobra. Hoy antes de dormir revisando la guía de programas en la televisión descubrí que la versión cinematográfica de dicha historia estaba siendo transmitida, en ese momento pensé "qué chingón", pero justo antes de apretar por completo el botón que cambiaría el canal tuve miedo; y es que una cosa es tirar un castillo de arena y otra minar tu propia casa y verla volar en pedazos. Mi unica solución posible ante tal contingencia fue: venir a contarlo.